Historias Cotidianas (7 de Mayo del 2009)

Se sentía halagado por tanta cortesía, tanta amabilidad le desconcertaba. Las gentes de aquella aldea le trataban como si de un nuevo mesías se tratase. Era una sensación curioso y a la vez terrorífica, él había llegado hasta aquel paraje para desposeer en parte de sus tierras a los que allí vivían, pero ellos lo veían como a un gran dios que a cambio de un pequeño sacrificio les traería la modernidad y las comodidades de una vida desconocida para ellos, gente de campo, campesinos dedicados de sol a sol al duro trabajo de garantizarse su subsistencia. Él era incapaz de poder ver ese mundo que les llevaba con los mismos ojos que sus anfitriones, no podía pensar en lo que cambiarían aquellos parajes en poco tiempo. Decidió en aquellos días que jamas regresaría allí una vez empezaran las obras, prefería dar la espalda como hacían todos los demás...