domingo, 3 de mayo de 2009

Historias Cotidianas (2 de Mayo del 2009)

Tenia los ojos inyectados en sangre, como siempre despues de haber entrado en acción. Veia con aquellos ojos la aldea ardiendo por completo. Era un buen espectáculo, habia saciado sus ansias de sangre y mujeres ampliamente. No era un hombre que temblase ante las suplicas ni los lloros. Ya llevaba demasiados años recorriendo el mar del norte a la caza de tesoros, como para dejarse influencia por la pura compasión. Años atras se lo habia dicho su propio padre, pirata como él, que jamás se apiadase de nadie ni conocidos no desconocidos. Si su padre al decir esas palabras hubiese sabido que esas serian las palabras que le causarian la muerte. Nunca habia querido esposas, la violencia que era capaz de generar eran suficiente para él y por ello siempre dejaba que sus hombres se entregaran a la misma violencia, de esa manera agotados y saciados jamas alzarian el hacha contra su lider...

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