miércoles, 20 de mayo de 2009

Historias Cotidianas (10 de Mayo del 2009)

De todo el tiempo que Vladimir Anton Zizkov paso en los campos de reeducación de Siberia apenas recordaba nada y no por el hecho vital del tiempo que lo borra todo, lo había olvidado porque en aquellos paramos helados se había dejado parte de lo que era como persona y esa perdida nunca se pudo recuperar. Tampoco pudo recuperar las palabras que en el pasado habían sido sus puñales que atacaban el sistema, enterró las palabras en los muros de su celda, entre los cadáveres que tuvo que enterrar. Ahora solamente quedaban las sombras que como fantasmas le visitaban de vez en cuando y que le traían el tiempo en el que el fue brillante. Había importado de Siberia la costumbre de hacer el aperitivo con cucarachas, costumbre que le había costado otra deportación, en este caso a una residencia para enfermos mentales, que no era mas que otra prisión en la que debian acabar con el trabajo de demolición que iniciaron en una primavera en que la juventud revolucionaria pensó que las palabras podrían cambiar la realidad...

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