martes, 25 de agosto de 2009

Historias Cotidianas (6 de Agosto del 2009)

Le habían dicho que el mejor lugar del mundo para limpiarse seria Tokio, pero allí lo único que había conseguido era aumentar la cantidad de sus adicciones. Ahora ya no solamente se metía alcohol y cocaína, había descubierto los fantásticos efectos del speed y la heroína. Le había sido complicado encontrar buenos distribuidores, el idioma no se lo ponía fácil y los camellos que hablaban ingles normalmente estaban acostumbrados a tratar con ejecutivos occidentales y sus precios eran más elevados. Por suerte a través de un empleado de su hotel había podido establecer contacto con camellos de locales de trato más agradable y sobre todo de precios más accesibles. Le podían proporcionar todo aquello que desease y eso convertía su vida en una escalera que progresivamente le guiaba hacia su propio infierno. No recordaba en qué momento había deseado limpiarse, pero eso ya era una mentira más en su vida…

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