viernes, 7 de febrero de 2014

Un nuevo proyecto

Las historias empiezan por un principio, por un inicio progresivo, sin sobresaltos. Por un punto en el que una acción empieza a desarrollarse, como una bola nieva que rueda cuesta abajo por una colina, o como el momento en que una mujer alumbra a su hijo. Las historias siempre tienen ese punto de partida para luego derramarse lentamente hacia un final que siempre debe ser incierto, un final que sorprenda o sobrecoja, un final que llegue después de generar una gran expectación en el lector. 

Pero ahora lo que van a encontrarse les va a sorprender desde este momento y a lo mejor llegara a su fin tras un largo proceso lleno de tedio, en el que muchos de ustedes abandonen y dejen por imposible esta historia, que sin hilo conductor se desarrollara durante un periodo indeterminado de tiempo, sencillamente con un inicio que puede ser una presentación o una parte intermedia, y que puede acabar de forma abrupta o redonda o sencillamente quedar colgada en el espacio infinito que hay entre ustedes y mi persona. Pero como de todo esto desconozco lo que haya de suceder, empezaré por un pequeño párrafo, tras esta tediosa presentación.

Un saludo

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