Ante nosotros se desplego el bellisimo espectaculo de una Andrea Chenier con una puesta en escena fascinante, con un enorme decorado giratorio que aportaba luces y sombras a una historia llena, de por si, de esos mismos claros y oscuros.
La arrebatada historia de dos amantes durante el periodo del terror en la revolución francesa, dos amantes condenados a estar separados y solamente capaces de compartir sus vidas a traves del tragico final que los condena a la muerte en la guillotina. El contraste entre el periodo pre-revolucionario marcado por la decadencia del sistema monarquico y por el rapido desgaste de una revolución absorvida por su propia convulsión, por las propias necesidades de cambio que la llevo a fracasar en manos de personajes oscuros. En esa paleta de un sistema al borde del abismo nos encontramos esta magnifica historia. Amor en estado puro, amor de ese tan poco de moda.
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