lunes, 19 de marzo de 2012

19 de Marzo

El primer rayo de sol del atardecer, la sorprendió desperezándose en el sofá. Estirándose como un gato en busca de su ovillo de lana perdido. Sentía que el calor de aquellos cálidos rayos de sol bañaba su cuerpo y le ofrecían la promesa de un tiempo mejor. Todo el sofá era solamente para ella, como en sus mejores sueños, todo aquello que podía desear estaba a su alcance y aquel tiempo lento en que el sol la acariciaba era un retazo de una vida soñada que estaba por llegar, no como una promesa sino como la realidad de terciopelo que sus dedos estirándose podían tocar…

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