miércoles, 22 de febrero de 2012

Michael Nyman

Nadie llega a ser completamente original en esta vida, como he oido decir muchas veces en los últimos tiempos, todo se copia. Pero a veces en este gran universo de plagios encontramos la originalidad, aunque efímera.

De Michael Nyman puedo decir que había escuchado su música en las bandas sonoras de Peter Grennaway, sobre todo en "El contrato del dibujante", y en aquellas increibles y en ocasiones inenteligibles películas del cineasta inglés, su música brillaba. Pocas músicas me resultan tan evocadoras, tan profundas, tan cerca de los sentimientos humanos.

Obviamente caí como toda la humanidad a sus pies con "El Piano", ya no solamente sus melodías nos trasladaban por espacios de territorios indómitos, sino que se transformaban en la desgarrada voz de un personaje sin voz propia. Michael Nyman asumio el riesgo de escribir diálogos completos solamente con un teclado,de ese reto salió triunfante y autor de alguno de los momentos musicales más recordados de la historia del cine moderno.

Posteriormente se disolvio entre el mar humano, ausentándose de ese exito que le envolvía, para resurgir con la que para mi es su mejor obra, la BSO de "Wonderland". Un auténtico tesoro, un compendio de sentimientos transformados en música, una oda a la vida y la soledad que la acompaña en tiempos modernos; pocas obras se complementan tan perfectamente como esa banda sonora y esa película. Aún hoy, con esa capacidad evocadora de su música, caen sobre mi un torrente de recuerdos, de buenos y malos recuerdos envueltos en los acordes de "Molly" o "Jack". Es esa capacidad de devolverme mis sueños, lo que más puedo apreciar de MIchael Nyman.

Lo he podido ver en dos ocasiones en directo, en diferentes espacios, pero siempre con la sensación de que su música iba directamente dirigida a cada uno de los asistentes, como un regalo personal que cada uno debía acoger y entender dentro de si. Quien no haya podido verlo en directo, la realidad debería hacerlo, todos merecemos de vez en cuando ver un poco de genialidad.














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