Con mi voto, No!

Está prohibido prohibir, ese debería ser la insignia detrás de la cual debería ir toda persona progresista. Pero a día de hoy parece que esos emblemas de libertad parecen un tanto perdidos. Lo ocurrido hoy con la fiesta de los toros en Cataluña debe ser respetado porque el sistema está por encima de todo, porque hemos de ser demócratas. Pero este juego puede ser peligroso.
Yo como comunista, catalán y pro-taurino me siento triste. Han utilizado un espectáculo, que guste o no guste, no deja de ser un espectáculo, como una herramienta política y cuando la política entra en estos terrenos me parece que hay que plantearse muchas cosas. Ni los toros son un espectáculo españolista ni Catalunya es un reducto de intransigencia. La izquierda de Cataluña hace algo que ningún izquierdista del mundo debería tolerar, el acto de prohibir. La derecha se escuda en un debate que nada tiene que ver con los nacionalismos para linchar a diestro y siniestro. No me siento excluido por el Parlamento catalán, me siento excluido por PROU que con 180000 firmas (Catalunya tiene 7 millones de habitantes) a elevado su propuesta al Parlament.
El juego de prohibir los toros entra en la fina frontera del que pasara ahora con el Circo o el Zoo. ¿No son una exhibición de crueldad?. Podremos juntar firmas para prohibir y erradicar todo aquello que no nos guste. Mas allá del discurso casposo delo antiespañol de esta medida, que es absolutamente ridícula, está el hasta donde se capacita a prohibir aquello que nos molesta.
Hoy me siento avergonzado, por esto y por la defensa que de ello han hecho mis compañeros de izquierdas. Espero que esto sirva para una profunda reflexión por parte de los partidos de izquierda que poco a poco dejan diluir su discurso social en agua cada vez más turbia, en la que ni ellos ven su propio reflejo.