La materia de la que nacen los sueños del oviedismo

Hay cosas que van más allá de lo comprensible, hechos que en tiempos de tristeza generalizada cuesta entender. Pero el oviedismo es una de esos hechos que se escapan a la compresión general. Nunca pensé, ni cuando estábamos en primera peleando cada año por la salvación, que pasaríamos esta larga travesía por el desierto. Pero lo que nunca imaginé, es que el oviedismo fuese capaz de hacer todo lo que se hecho esta temporada. Una afición que es capaz de mover montañas por sus colores, no merece el castigo de un año más sin alegrías. Si algo se puede vender en nuestra querida España, es la marca oviedista. Allá donde vaya escrita esa marca se podrá encontrar la fe de continuar por muy adverso que sea el camino y la fuerza de la gente que vuelca el fútbol una ilusión inmensa. La aventura de este año, el deseado Play-Off ha vuelto de llenar de alegría al oviedismo, nunca se debe perder esa alegría, es lo que diferencia una afición de otra. La afición del Oviedo ha llegado a superar la dimensión del club que alienta, espero que el club (entrenador y jugadores) no vean superados por ello. Hala Uvieu!!!
 

Conversaciones

¿Trabajas?


                                                         No, pero recuerdo que una vez lo hice

¿Qué hiciste?

                                                        Soñar

¿En el trabajo?

                                                         Me faltan tres dedos de la mano derecha

¿Así puedes trabajar?

                                                         Pero ahora ya no sueño, solamente medito

¿Me estas escuchando?

                                                         No oigo por el oído izquierdo

¿Cómo?

                                                          Mi madre siempre decía que sería un vago

¿Tu madre?

                                                         Esta muerta, murió pensando que era un vago

¿Pero tú has trabajado?

                                                        Soy un vago, yo no trabajo

¿Entonces?

                  Me voy, estoy cansado de no entenderte